jueves, 30 de agosto de 2012

Como Niño.



Si te paras en cuclillas, 
a la altura de un niño,
observarás el mundo de otra manera.
El sol se verá con más brillo
Estarás mucho más cerca de las flores
y el rocío te salpicará cada mañana.
Quizá te hagas amigo de los caracoles
y puedas ver mejor luciérnagas y ranas.
Podrás esconderte debajo de la mesa
cuando lo requiera alguna circunstancia.
Descubrirás el valor de las cosquillas,
podrás llorar o reir según te dé la gana.
Llenarás tus bolsillos de papel de caramelo
y te sentirás volar si subes a una hamaca.
Si haces hoy mismo la prueba de lo que te digo
verás más cerca a la tierra
y al cielo más lejano,
te asombrará lo que otros ven cotidiano
  pero, además, y por sobre todo
 tendrás tu corazón más cerca de las manos.



                                                                                           María Claudia López

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